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Oreja atenta, oreja que escucha |
Me gusta más escuchar que hablar, disfruto mucho ante una buena conversación entre varias personas
quedándome en silencio o interviniendo con un sí, no, claro, es cierto, no lo
sabía… etc. etc.
Escuchando y escuchando este verano en diversas tertúlias, me he dado cuenta que cada cual dice lo primero que se le ocurre
sobre diversos temas y procura que se escuche lo que está explicando, prestando poca o ninguna
atención a lo que dicen los demás sea cual sea el tema que se esté
desarrollando.
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En la comida, los nietos escuchan a los abuelos |
Mención especial merecen las explicaciones de algunas personas mayores a las cuales les acuden los hijos y nietos, siendo
recibidos con tanto cariño y amabilidad, que se hacen asiduos, haciendo
trabajar a los padres y yayos hasta la extenuación, quedándose éstos sin sus
merecidas vacaciones en la casa del pueblo, ya sea en zona de montaña o zona de
playa
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La paella de la abuela |
Escuche la historia que contaron unos amigos,
los cuales decían haber recibido a los suyos ( 2 hijos con sus respectivas
parejas y 4 nietos) 10 personas en total, más una pareja inesperada de amigos de sus hijos que
habían ido al pueblo de paso, pero que lo habían pasado tan bien que les pidieron
si podían quedarse unos días porque habían comido estupendamente, ya que la
yaya era una magnífica cocinera. Total una semana
atendiendo a 12 personas. Si, si, le echaban una mano, pero… vaya
preocupación!!, hay que contar con las personas que no se van ni a tiros. Y
no solo eso, hay que sacar tiempo de donde sea para distraer a los visitantes,
llevándolos a visitar los alrededores: ermitas, ríos, pantanos, masías,
terrenos, etc.
Sin ninguna duda he ido aprendiendo sobre la marcha y llego a la conclusión
de que hay que vivir el aquí y el ahora, aceptarlo de buen agrado y procurar en
esos casos no agotarse…
ja,
ja, ja, ofrecer lo mejor de ti y ser detallista porque es cuando se encuentra
el sentido a la vida sin darle vueltas al tema.
Mary Luz
3 comentaris:
Saber escoltar és una gran virtut, una virtut que sovint descuidem. Passa moltes vegades que, quan estem en una tertúlia o quan intervenim en una conversa, sentim com parlen els altres, però no escoltem realment el que ens estan dient, pendents només del que nosaltres els direm quan poguem intervenir-hi. Com ens recorda la Mary Luz, no és el mateix sentir parlar que escoltar realment el que ens estan dient. Si sabessim deixar al marge el nostre egocentrisme, ben segur que les nostres relacions socials millorarien moltíssim.
Del teu article voldria ressaltar l’història dels fills que van a casa dels pares i si bé es cert que col•laboren una mica... però la feina principal i la responsabilitat és de la mare, en aquest cas l’àvia
Joan
Quan agradable i enriquidor es escoltar un tertúlia d’amics! Sinó tinguéssim amics per mantenir converses, el nostre bagatge de coneixements i vivències socials quedaria reduït al mateix cercle de sempre, i la vida seria avorrida i monòtona
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